
La producción de biogás es una base para una utilización o reutilización atractiva, en términos económicos y de ecología, de los recursos disponibles a nivel local. Por ejemplo, las plantas de biogás ofrecen acceso a energía limpia para cocinar en lugares como África, Asia y Latinoamérica. Como las plantas de biogás usan aguas residuales y estiércol de ganado, ya no se necesita madera para poder cocinar. Esto no solo crea nuevas fuentes de ingreso, sino que tiene un efecto positivo en el medioambiente y la salud.
Las plantas de biogás y composta también se están volviendo cada vez más populares en Europa y, a menudo, se construyen a mayor escala que las alternativas competidoras, pero mantienen el cumplimiento de las altas normas de seguridad y medioambientales. Sin embargo, la producción de gas se basa en el mismo principio. Los fermentadores repletos de hierba, estiércol, desechos de alimentos del sector de banquetes y materiales fermentables de granos generan biogás durante el proceso de fermentación. Estos recipientes de plástico están soldados o sellados con cinta adhesiva usando las máquinas soldadoras y los sopladores de mano de Leister. Esto significa el gas no se puede escapar.