Secar con aire caliente hace que se presenten dos efectos físicos al mismo tiempo. En combinación, estos aumentan aún más la eficiencia del proceso de secado. En primer lugar, el aire caliente puede guardar considerablemente más humedad que el aire frío. En segundo lugar, la corriente continua de aire que pasa por la superficie húmeda aumenta la velocidad de la evaporación, en particular si siempre se usa aire fresco y seco.
Para hacer aún más eficiente el proceso de secado, a menudo se usa aire caliente para retirar las gotas difusas de humedad de la superficie antes de que comience el secado. Leister también tiene una solución para esto, pues ofrece una boquilla de soplado especialmente desarrollada para este propósito y el potente soplador AIRPACK.
Al igual que con el sol, el efecto de secado de los calentadores infrarrojos lo generan los rayos infrarrojos. Gracias a la transferencia directa de calor, el secado de pintura y tinte sobre metales, plásticos, madera y textiles es un proceso inmediato y libre de polvo. Los calentadores infrarrojos se usan en la industria textil para procesar materiales no tejidos y otras telas, fabricar papel y en máquinas de impresión.
La radiación infrarroja media que emiten los calentadores infrarrojos de Leister también es extremadamente eficaz para absorber agua. Al hacer esto, el calentador infrarrojo también calienta directamente el agua, lo que hace aún más eficaz el proceso de secado.
Con una amplia gama de aplicaciones, las pistolas de calor se usan para procesos de secado no solo en las plantas de ensamblaje de manufactura de automóviles, donde, por ejemplo, los rayones en las piezas pintadas se reparan y se secan rápidamente con aire caliente, sino también en los negocios de artesanías o en los talleres domésticos de artesanos aficionados. Las pistolas de calor de Leister y Weldy se pueden usar para cualquier aplicación en la que se necesita aire caliente.