Dependiendo de la aplicación, las láminas y membranas muy finas pueden prefabricarse con una máquina de soldadura automática y procesarse in situ.
Los puntales de metal se anclan en el suelo y luego se cubren con una fina película de plástico transparente. Esta variante se puede encontrar tanto en el jardinero aficionado como en el cultivo profesional de hortalizas y tiene muchas ventajas: Protección de la cosecha, especialmente contra el mal tiempo (por ejemplo, lluvias torrenciales, granizo y nieve), cosecha más temprana en comparación con los cultivos de campo, optimización de la cosecha, protección contra las plagas, así como un mejor uso de los organismos beneficiosos, lo cual es una cuestión importante especialmente en la agricultura orgánica.